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jueves, 6 de febrero de 2014

Dulces de Semana Santa entre otros

   Cada fiesta española tiene sus platos típicos que nos permiten disfrutar y relacionar cada fecha del año con un sabor característico, el de nuestros dulces y nuestros potajes. 

   La Semana Santa no podía ser menos. Cada región tiene su tradición y su olor especial en función de sus platos típicos. Para mí, andaluza de origen, la Semana Santa huele a canela, a limón, a naranja, a bacalao... ¡¡¡mmmmmmmmm!!!! Sólo con recordarlo se me hace la boca agua y recuerdo las tardes en familia envolviendo los roscos, los papaviejos y los borrachillos en azúcar y canela. Menos común en mi familia pero también muy conocidas son las torrijas y la leche frita.


   Es importante recordar que España, como país católico que es, tiene muchas tradiciones cuyo origen remonta a la vida y muerte de Jesucristo. La Semana Santa es el mejor ejemplo de esto, ya que durante una semana recordamos cómo fue la vida de Jesús en la tierra, cómo murió y qué pasó con él después de la muerte. 

    La estrecha relación entre la vida de Jesús y la Semana Santa española hace que la religión tenga una fuerte influencia en los platos típicos de esta época del año. Por ejemplo, los viernes de cuaresma no se puede comer carne ni beber alcohol por lo que muchas familias acostumbran comer platos a base de pescado y muy especialmente de bacalao. En casa solemos comer arroz con bacalao, una especie de paella con bacalao como su nombre bien indica, patatas y habas. 

  
Tradiciones catalanas y vallesoletanas, es decir, de Cataluña y de Valladolid

En Durango, México también siguen las tradiciones católicas


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